Es trillado, pero es cierto, todos estamos de una u otra manera en misión.
Y las misiones son muchas, a veces tan banales como buscar una buena película para pasar la tarde (que no es tan fácil), más materiales como encontrar ropa que nos guste y esté en nuestro presupuesto (el clásico bueno, bonito y barato), y claro, también estamos en una constante misión de mejorarnos, de ser mejores personas día a día (que debo confesar olvido muy a menudo).
Después están las misiones más solidarias como: ayudar al prójimo, colaborar con la sociedad, etc. Y por último, está la madre de todas las misiones, la que no necesita presentación: hacer misión en África, y para motivos de este blog más concretamente en Mozambique.
De alguna forma u otra todos estamos en misión. Y sea cual sea, lo mejor que podemos hacer es dejar que nuestro corazón nos guíe, ahí donde la lógica empieza a confundirnos, donde estamos llenos de inseguridades, donde nos flaquean las piernas y no tenemos idea para donde ir, solo nos queda cerrar los ojos, respirar y dar un paso hacia donde apunte el corazón.
Buena suerte para todos los jóvenes atrevidos que emprenden este temeroso pero increíble viaje!
Abrazos!
Pedro Andrés Sánchez Montoya
PD: Aca un bonito saludo de los niños de Moma, me imagino que así los recibirán:
Y las misiones son muchas, a veces tan banales como buscar una buena película para pasar la tarde (que no es tan fácil), más materiales como encontrar ropa que nos guste y esté en nuestro presupuesto (el clásico bueno, bonito y barato), y claro, también estamos en una constante misión de mejorarnos, de ser mejores personas día a día (que debo confesar olvido muy a menudo).
Después están las misiones más solidarias como: ayudar al prójimo, colaborar con la sociedad, etc. Y por último, está la madre de todas las misiones, la que no necesita presentación: hacer misión en África, y para motivos de este blog más concretamente en Mozambique.
De alguna forma u otra todos estamos en misión. Y sea cual sea, lo mejor que podemos hacer es dejar que nuestro corazón nos guíe, ahí donde la lógica empieza a confundirnos, donde estamos llenos de inseguridades, donde nos flaquean las piernas y no tenemos idea para donde ir, solo nos queda cerrar los ojos, respirar y dar un paso hacia donde apunte el corazón.
Buena suerte para todos los jóvenes atrevidos que emprenden este temeroso pero increíble viaje!
Abrazos!
Pedro Andrés Sánchez Montoya
PD: Aca un bonito saludo de los niños de Moma, me imagino que así los recibirán: